domingo, 11 de septiembre de 2011

El 11 de septiembre nos sometió a una prueba moral (traducción)

Como se comporta el individuo en medio de quiebres históricos? Una entrevista con el escritor Joseph O'Neill, autor de la celebre novela 9/11 "Netherland" (País bajo)



ZEIT ONLINE: Señor O'Neill: dicen que su novela Netherland es la a la fecha mejor novela sobre 9/11. Ud. piensa lo mismo?

Joseph O'Neill:  Esto por supuesto me adula. Pero no está en mi juzgar tales cosas.

ZEIT ONLINE: Dícese que Ud. captó algo esencial sobre el tiempo después del atentado.

O'Neill: De veras? Para mi existían dos cosas importantes en el 11 de septiembre. Una era la atmósfera en Nueva York en el tiempo después. La otra era todo ese escenario alrededor del gobierno de Bush y la guerra de Iraq. La segunda es tema explícito de las discusiones entre la figura principal de mi libro, Hans Van der Broek, y su mujer Rachel. Sorprendentemente nunca me preguntan por este segundo motivo, aunque a mi en realidad me importe más. Hasta hoy no puedo comprender porque a George Bush todavía se lo toca con guantes de terciopelo. Impera gran confusión moral. Se considera inapropiado hablar en el décimo aniversario sobre los crímenes de Bush. Se cree que debe concentrase en las víctimas y por ello no se puede hablar de lo que pasó en su nombre.

ZEIT ONLINE: Así que para Ud. la verdadera tragedia no es el 9/11 mismo, sino la manera como Bush lo capitalizó?

O'Neill: Creo que al-Qaida nunca había planeado hacer derrumbarse a las torres. Ellos mismos estaban sorprendidos. Ya vimos que después no fueron capaces de generar nada que llegara cerca. El 11 de septiembre fue horroroso para las víctimas y sus familiares. En tragedia se transformó porque nos involucró en lo que sucedió como paso próximo: se gastaron nuestros impuestos para matar a miles de personas sin razón.

ZEIT ONLINE: Cuan pronto después del 11 de septiembre tuvo Ud. la sensación que podría escribir un libro sobre él?

O'Neill: Tuve la idea para el libro mucho antes del 11 de septiembre. Después del atentado en primer lugar me concentré en la vida, no tenía la sensación de poder escribir nada. No podía ignorar al 9/11, pero tampoco sabía como interpretarlo. Esto solo lo logré después de 2003, después de la invasión en Iraq.

ZEIT ONLINE: Como le ha tocado o cambiado el 11 de septiembre en lo personal?

O'Neill: Era la primera vez en que tuve que relacionar mi conciencia individual con la historia. Me sentía puesto a prueba en lo moral.

ZEIT ONLINE: En su libro anterior Blood Dark Track sobre sus dos abuelos, el irlandés y el turco, y sus respectivos destinos en la Segunda Guerra Mundial, se trata exactamente el mismo tema - como el individuo se comporta frente a la historia.

O'Neill: Este es mi verdadero libro 9/11. Apareció en Estados Unidos inmediatamente después del 11 de septiembre. Uno de mis abuelos era un extremista político, el otro fue oportunista. Ambos corrieron al final el mismo destino.

ZEIT ONLINE: Que enseñanza se puede recibir de esto?

O'Neill: Tal vez que es muy difícil entender las cosas en su momento. Solo se puede en retrospectiva. Pero sí creo en una responsabilidad política individual. Si un gobierno en tu nombre gasta miles de millones para matar a gente inocente, tu compartes responsabilidad. Por lo menos la responsabilidad de hacer rendir cuentas a esta gente. Solo que lamentablemente esto no pasa en EEUU:

ZEIT ONLINE: Ud. Ahora es también ciudadano norteamericano?

O'Neill: Si, desde 2007. Pero aún conservo mi pasaporte irlandés. Quisiera tener aún más pasaportes. Pero lamentablemente no se puede.

ZEIT ONLINE: Nacionalidad entonces para Ud. no tiene mucho que ver con identidad?

O'Neill: Me siento más como neoyorquino que como americano o irlandés o holandés. Nueva York está llena de personas que se han desecho de sus identidades anteriores. Quieren ser neoyorquinos.

ZEIT ONLINE: Que significa para Ud. ser uno de ellos?

O'Neill: Es muy difícil ser excluido en Nueva York. Salvo que uno sea pobre. Pero sobre cierto límite económico puedes venir de Timbuctú y ser un neoyorquino plenamente validado. Esta apertura Nueva York se conservó a pesar del 11 de septiembre.

ZEIT ONLINE: En Netherland el Cricket juega un rol central, un deporte que se juega sobre todo en Gran Bretaña y países del llamado tercer mundo. En Ud., este se incrusta en Nueva York, en el centro del mundo occidental. Es el Cricket la metáfora perfecta para el tiempo después del 11 de septiembre?

O'Neill: Cricket está por globalización, para lo otro que ya no se puede mantener fuera de los límites. Desde el 11 de septiembre ya nadie de nosotros puede hacer caso omiso de que nuestros actos tienen consecuencia vehementes en el otro fin de la tierra. Lo que además para el individuo configura una increíble sobreexigencia moral. Como debemos aplicar a nuestros recursos éticos, debemos preocuparnos de la catástrofe de hambre en Somalia, o mejor del Medio Ambiente? Estas son preguntas increíblemente difíciles.

ZEIT ONLINE: Como trata Ud. esta sobreexigencia moral?

O'Neill: Leo muchas noticias de deporte. Esta mañana miré un partido de Cricket en Namibia. Pero, sin broma: no tengo respuestas. Simplemente se debe intentar de vivir con esta situación nueva.

ZEIT ONLINE: Qué rol les queda por jugar a las identidades nacionales en un mundo así?

O'Neill: En el deporte encuentran un lugar. Porque no celebrar la historia e identidad especial de uno? Yo en el deporte siempre estoy por los irlandeses. Salvo en el futbol. Ahí soy inglés. En lo demás, no tengo mucho tiempo para pensar mucho sobre mi identidad.

ZEIT ONLINE: A menos que sea su sobre su identidad neoyorquina.

O'Neill: Si, pero ahí se trata de comunidad. Esto es distinto a nacionalidad.

ZEIT ONLINE: Como cambió 9/11 a Nueva York y los neoyorquinos?

O'Neill: Honestamente, prácticamente en nada. Aparte tal vez de que mucha gente se mudó a Brooklyn y lo hicieron chic. Aparte, aquí hace mucho ya no se habla de 9/11. Al inicio estaba la preocupación si iba a haber otro atentado. Cuando fue claro que no vendría nada más, nadie volvió a hablar sobre el 11 de septiembre.

ZEIT ONLINE: Porqué callan los neoyorquinos?

O'Neill: Se dieron cuenta rápidamente que esto era un fraude gigante. El que no estuvo directamente en las torres, no vivió el 9/11 de manera más inmediata que desde Berlín o desde Moscú. La mayoría de las personas de Nueva York se negó desde el principio a posicionarse publicitariamente como víctimas. Lo sentían instintivamente de mal gusto.

ZEIT ONLINE: Que le importa el décimo aniversario?

O'Neill: Solo me pregunto, porque George Bush no está en la cárcel. Porqué no ha habido investigación  acerca de la guerra de Iraq?

ZEIT ONLINE: Aparte de esto, para Ud. la época post 9/11 concluyó?

O'Neill: Preferiría dedicarme a pensar acerca de otras cosas. Pero aún tenemos que luchar con las consecuencias. Pienso por ejemplo en el surgimiento de Fox News y la completa idiotización de las noticias en TV. Esto tiene que ver directamente con el 11 de septiembre. Esta suspensión de cualquiera racionalidad en el discurso público, esto también lo debemos a 9/11.

ZEIT ONLINE: Que consecuencias tiene esto sobre el rol del escritor americano?

O'Neill: A veces me siento como un escritor soviético. Cada vez más nos transformamos en la única fuente de veracidad, hasta cuando solo escribimos sobre un árbol.

ZEIT ONLINE: 9/11 le hizo ser más político?

O'Neill: No soy una persona especialmente política. Pero a veces tengo la sensación que no tengo alternativa. Cuando uno vive en una sociedad que en cualquier momento puede caer en manos de extremistas, entonces uno automáticamente se politiza. Si el gobierno de USA fuera normal, me dedicaría a tomar té, pasear en el campo y ocuparme del Cricket. Pero no tengo otra elección.


 link al artículo original:

No hay comentarios:

Publicar un comentario