lunes, 19 de septiembre de 2011

Enemigo se transforma en humano

Conflicto en Medio Oriente

Israel quiere impedir  el reconocimiento de Palestina. No comprende la oportunidad de la Primavera Árabe

por:
Alice Bota
Datum18.09.2011 - 18:51

(traducción)

Esto también es Primavera Árabe: arde la embajada israelí en E Cairo, colaboradores judíos tienen que abandonar el país huyendo por miedo de un mob egípcio; en el Sur de Israel cohetes matan a humanos; en Turquía se expulsa al embajador israelí. Este no es un encadenamiento casual de conflictos aislados. Desde la perspectiva de Israel los acontecimientos en el mundo árabe se han salido de control y amenazan al estado judío.

Pero el mayor desafío para Israel viene en la semana entrante: El intento del presidente palestino Majmud Abbas de conquistar una membresía plena de su país en las Naciones Unidas. Ello significaría de facto el reconocimiento de Palestina.

Israel con su negativa a ocuparse seriamente de una solución de dos estados solo impulsó a los Palestinos a dar pasos unilaterales. Los Palestinos por su lado especulan que el día después del 20 de septiembre el mundo árabe, a raíz del aunciado NO de EEUU y otros poderes occidentales,se indignará y mostrará solidaridad con los hermanos en Palestina; aunque sus gobiernos por décadas hayan hecho poco para hacer más digna la situación humana de los refugiados palestinos en sus países.

Existe otro Israel que está harto de la eterna venganza

Las consecuenciasde esta política son peligrosas, no solo porque empujará a palestinos desilusionados hacia las calles.  La solidaridad musulmana podría descargarse en ira, que impactará con vehemencia en Israel. Por un lado, porque el estado judío es odiado en la región. Por otro lado, porque el gobierno israelí desde el comienzo de la Primavera Árabe no ha encontrado un lenguaje para los acontecimientos nuevos. Se generó una situación política nueva - pero Israel respondió con la política vieja.
El primer ministro Netanjahu dejó pasar todas las oportunidades para un cambio de curso. No quiere darse cuenta que algo fundamental está cambiando: lo pueblos árabes se levantan y exigen democracia. Árabes y Democracia: esto probablemente para muchos israelíes habrá sido una pareja de palabras similar de contradictoria como Esperanza y Medio Oriente.  Así Netanjahu al medio de la revolución se comporta como un triste conservador de posesiones adquiridas - pero en la revuelta uno no puede limitarse al business as usual. 

No debiera olvidarse que existe también un Israel diferente. Este Israel está harto de que la política se diluye en meros temas de asentamientos y maniobras de revancha. Cientos de miles se manifestaron durante esta verano en Israel.  No estaban preocupados por Gaza, ni por Egipto ni Syria. Pero ellos mostraron que el país judío se deja contagiar por la atmósfera de nuevo comienzo en el mundo árabe, y cómo calles sin salida se pueden transformar en esperanza.

Netanjahu declaró esta esperanza como peligro. Se aferra a su política del miedo. El ataque a la embajada israelí en El Cairo enciende este miedo. Nunca antes, con excepción de la ocupación de la embajada norteamericana en Teheran en 1979, ocurrió tan acontecimiento. Que un país no puede o quiere proteger a personal de una embajada, es inaudito.

Probablemente bajo el dictador Mubarak esto no hubiese sucedido. Pero quien por ello piensa que ahora ha reconocido la verdadera cara de la Primavera Árabe, está equivocado. Occidente tiene que aceptar que la política de pueblos libres (o de puebles que luchan por el derecho de llamarse libres) será diferente a la de un Mubarak, quizás también más fea. Israel hasta ahora era la única democracia en Medio Oriente, y sin embargo ha tratado de resolver el conflicto con los Palestinos mediante la represión, ha respondido al terror con injusticia. Tampoco la democratización del espacio árabe necesariamente llevará ahora instantáneamente a la paz. Pero democracia en ambos lados significa la única chance para un cambio, aunque sea a largo plazo.

Habrá excesos antiisraelíes, esos son excesos de la "Arabelión" que Israelíes, Europeos y Americanos tendrán que soportar. Nuevos gobiernos árabes deben obligarse a la paz con Israel. A todos que están en camino a transformarse en demócratas hay que convencerlos de este compromiso.

La solidaridad de Europa y EEUU con Israel está fuera de duda. Pero algo se removió. Mientras los estados árabes eran dictaduras, que ofrecían seguridad en la política exterior,  casi todos los medios parecían legítimos, para mostrar fuerza. Ahora, donde en los países árabes los sistemas cambian, la política de Israel se siente más y más como inapropiada e injusta. Por ello los Palestinos gozan gran apoyo a nivel mundial - el tiempo está de su lado.

Los Palestinos han experimentado mucha injusticia, ellos merecen apoyo en su lucha pacífica por la autodeterminación. Quien teme que con ella la seguridad de Israel está en juego y por ello se niega a un reconocimiento de Palestina - por lo menos debiera tener un plan B en el bolsillo, de como después de este septiembre se debiera continuar hacia una solución de dos estados. Hay razones de votar en contra de un reconocimiento de Palestina por consideraciones de solidaridad con Israel. Pero los Israelíes deben darse cuenta de cuan alto es el precio de negar a un pueblo algo que es su legítimo derecho.

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