domingo, 11 de septiembre de 2011

La Dictadura de la Clase Media (traducción)

Arundhati Roy


La escritora hindú Arundhati Roy en conversación con Iris Radisch sobre capitalismo, seducción y la felicidad de la ascesis

 
La escritora Arundhati Roy nació en 1959 en el Sur de India. Su novela "El Dios de las cosas pequeñas" le dio fama mundial en 1997


DIE ZEIT: Desde que el 11 de septiembre los aviones hicieron derrumbarse las torres gemelas, el mundo tiene un hoyo, que a esta altura es más bien más grande que más chico. Fue el 11 de septiembre el principio del fin del Occidente capitalista?

Arundhati Roy: fue el inicio del hundimiento del imperio americano que momentáneamente avanza cada vez más rápido. Desde siempre han surgido y caído imperios. Pero nunca antes el mundo estuvo tan estrechamente conectado en lo cultural y lo económico, como para que una caída nos haya arrastrado a todos los otros. La totalidad de nuestras ideas de lo que pertenece a una vida civilizada se ha vuelto cuestionable.

DZ: Supera el alcance de la crisis  momentánea lo que vivieron  nuestros padres y abuelos, en cuyo tiempo de vida tuvieron lugar dos guerras mundiales?

Roy: Esas generaciones pagaron en Europa un precio alto. Pero su mundo aún se desplegaba en un campo de conceptos claramente distinguibles. Se trataba de Fascismo, Socialismo o Democracia. Nosotros nos encontramos más allá de ese campo. Ya no sabemos qué son nuestros sueños y qué entendemos como felicidad.

DZ: Hace diez años Ud. Escribió un ensayo que se hizo famoso y en él comparó a Estados Unidos con al-Qaida, y afirmó que Bush y Bin Laden eran dobles.

Roy: Ambos eran megalómanos. Ambos estaban convencidos que el mundo tenía que ser como ellos lo estimaban correcto. Pero naturalmente a un hombre que controla a todo el mundo, ya no se puede comparar con nadie. Solo se puede imaginar que ambos, si tuvieran el mismo poder, serían igual de destructivos.

DZ: Entonces Ud., diez años después volvería a escribir este ensayo?

Roy: No lo cambiaría. Pero lo ampliaría. En el intertanto se atacó a Afganistán. Se atacó a Iraq. La respuesta de Bush al 9/11 mató a muchos humanos que ni siquiera sabían que existió algo como el World Trade Center. Todo esto llevó a la crisis en la que ahora vivimos.

DZ:  Cuales fueron sus primeras sensaciones al ver caer las torres?

Roy: La mayoría de las personas en mi parte del mundo no estaba tan choqueada como la gente en occidente. Ya hemos visto tanta miseria, tanta violencia. No tenemos esa idea de una vida perfecta que no se puede destruir.

DZ: En lo diez años después del 9/11, qué ha cambiado en su vida? La crisis del capitalismo, ha recalado en su vida?

Roy: en 1997 apareció mi novela "El dios de las cosas pequeñas" y me transformé en esa heroína hindú de la clase media. Después comencé a escribir mis ensayos políticos, y la misma gente comenzó a odiarme. En Occidente aún se soportaba, mientras yo solo criticaba a los procesos en India. Cuando escribí mi ensayo "Infinite Justice" sobre América, supe que estaba penetrando en territorio ajeno. Pero fue necesario. Fue completamente transparente que detrás de las palabrerías de Bush sobre la guerra sin límite entre el Bien y el Mal se hallaba toda una industria de armas y finanzas.

DZ: Como ve Ud. a Occidente diez años después de 9/11?

Roy: Democracia y Economía de Mercado se han fusionado en un solo animal depredador cuya fantasía gira exclusivamente en torno a su alimento, la maximización de la utilidad. Por ahí se afirma que el mundo  occidental guía la crisis en Afganistán e Iraq para defender el estilo de vida Occidental. Pero el estilo de vida que ahí se defiende con armas es el que acerca la caída del imperio occidental.

DZ: Si hay algo de que Occidente se enorgullece con justa razón, es su estilo de vida, su cultura de la libertad y del individuo.

Roy: Naturalmente existen valores occidentales que merecen la pena ser defendidos. La pregunta es, a qué precio. Occidente no piensa en contextos. Piensa en resortes separados. La guerra contra el terror es un resorte. La economía es otro. Democracia, el tercero. Pero, hay que verlo todo junto. Todos cumplimos obedientes las tareas de nuestro resorte, y al final nos percatamos con sorpresa que sin las abejas que fertilizan las flores no podemos sobrevivir.

DZ: Cual es su pronóstico: tiene el capitalismo un futuro?

Roy: El futuro? Serán las guerras de las elites contra los pobres. Este el verdadero conflicto del que hoy se trata. Tenemos una elite mundial que está cultural y económicamente muy bien conectada en red, y a la que ya solo le importa su propia supervivencia.

DZ: Quien es esta elite?

Roy: En Europa, en América, en India, en China existe una elite que ya solo lucha hacia abajo. A ella le importa el dominio, la política real, la energía. De donde toma China sus materia prima para seguir alimentando su máquina de crecimiento? Tendrá que pelear guerras para ello. De donde toma India su materia prima? Por el momento, de sus más pobres en los bosques. El viejo argumento que la destrucción de las bases naturales de la vida sucede para el bien del país y aumente al final el bienestar de todos, ya no sirve. Todo eso solo son palabras de adorno de la clase media imperante, la elite buenísimamente interconectada a nivel mundial.

DZ. Estamos viviendo en una dictadura de la clase media?

Roy: Si. Hay un totalitarismo de clase media. Esto se puede demostrar en muchos indicios. Los códigos culturales y económicos en India cambiaron completamente en la última veintena. Un ejemplo es la película de Bollywood. En la película de Bollywood ya no se ve gente pobre. En los años setenta y ochenta Amitab Batsham, la gran estrella de Bollywood, actuaba los reyes de los slums, los culis, el hombre pequeño que lucha contra el sistema. En los noventa se ve al mismo actor solo viviendo en mansiones y volando en helicópteros.

DZ: A occidente, lo que Ud. llama totalitarismo de clase media nadie se lo impuso a la fuerza. Nació en sociedades libres, y aparentemente corresponde a los deseos de la mayoría.

Roy: Nosotros lo combatimos. Hace un par de años aún se veía como si la clase media hindú aplastaría todo y transformaría al país en un mall de shopping. Pero esto está cambiando ahora mismo. La gente ya no quiere esto.

DZ: Quien en el mundo occidental debiera levantarse contra la conspiración de la clase media? En nuestros países  casi todos pertenecen a la clase media.

Roy: Porque el trabajo se hace en China o en India.

DZ: Será todo el mundo algún día clase media?

Roy: Esto no podemos ni imaginarlo. La clase media jamás logrará no vivir a costa de otros. Alguien siempre cae fuera.

DZ:  En sociedades homogéneas, quien debiera reflexionar sobre alternativas? Puede la clase media todopoderosa desarrollar alternativas a un modelo económico en el que en la suma todavía sigue lucrando?

Roy: No, esto no lo puede. Es demasiado orgullosa de si misma. Si se cuestiona la clase media, entonces no es ella misma, sino la gente en la selva, afuera en las aldeas, a las que se quita todo.

DZ: De donde sabe Ud. Que la gente en la selva no quisiera igual avanzar a la clase media y conducir un lindo Mercedes-Benz?

Roy. Ellos quieren estar tranquilos y vivir en la selva.

DZ: Está segura?

Roy: Es lo que ellos dicen. No quieren una vida con guardaespaldas y vigilancia policial.

DZ: Pero quizás con máquina lavadora de loza y acondicionador de pelo?

Roy: No creo que todos quieran tener eso. Lo que todos necesitan son agua  limpia y un mínimo de prevención de salud, acceso a medicamentos. Lo que hace tan fascinante a la India es que aquí vive muchísima gente, incluso en la clase media, que quiere vivir una vida sin esas cosas superfluas.  Yo podría deshacerme de todo. Mientras tenga un sitio seguro donde vivir, estoy contenta.

DZ: En Europa solo piensa una elite culta pequeña, aunque esté en aumento.  Son autodisciplina y ascesis una salida de la crisis desenfrenada del capitalismo?

Roy: Son una poción. En India esto no es un proyecto elitista. Viene de una tradición ascética, entre otros del sufismo. Hay millones de personas sencillas en la India que nunca han perdido los secretos de una vida sustentable.

DZ: Nos revela sus secretos?

Roy: Es la capacidad de decir: basta. Tengo suficiente. No necesito más. Es la idea de la felicidad elemental, como la conocí donde los aborígenes en la jungla.

DZ: Si queremos poner rienda a los excesos del capitalismo, recordando nuestras necesidades reales, nos buscamos un problema nuevo. Debemos distinguir necesidades verdaderas de las falsas. Como debe funcionar esto?

Roy: Se puede. Cuando me crié en la aldea en Kerala, solía comer lo que crecía allá. Fue una comida maravillosa. Había una felicidad en esta comida que no había volado alrededor de medio globo, para aterrizar en mi plato. No necesitábamos ocuparnos del problema si preferíamos comida italiana o comida china. Ni siquiera estaba dentro de nuestra imaginación. No existían restaurantes, ni negocios. Existía mucha soledad, mucho silencio. Como niña yo estaba muchas horas al lado del río. Pero no fue una vida primitiva. Teníamos libros.

DZ: Como se puede transferir un concepto de vida así a sociedades modernas?

Roy: También en Europa y en América existía originalmente la distinción entre lo que se necesita y lo que se desea. Esta capacidad de diferenciar se ha perdido.  Ahora se necesita el Mercedes-Benz. A uno lo bombardean con estos estímulos, es un verdadero lavado de cerebro, lo que pasa en Occidente.

DZ: Hace mucho tiempo que en Europa una critica de cultura de izquierda no se atreve a hablar de conciencia correcta y equivocada. Hoy ya nadie lo hace. Ud. no conoce estos escrúpulos?

Roy: No. En el momento en que el pensamiento antiguo al estilo de "aquí hay un par de zapatos que aguanta para la eternidad" se remplazó por la promesa "aquí hay un par de zapatos que te provoca una sensación fantástica", la conciencia equivocada llegó al mundo.

DZ: Y Ud. afirma que el tipo con la sensación fantástica de zapatos se sometió a un lavado de cerebro?

Roy: Desde afuera esto se ve claramente.

DZ: Pero todos somos demócratas adultos y consumidores inteligentes.

Roy: Y estos demócratas adultos todos quieren manejar un BMW y comer mangos de la India, cordero de Australia y kiwis del Brazil. Okay. (Vehemente) No estoy interesada en explicar a estos europeos inteligentes cuales son sus necesidades reales. Lo que yo hago, es apoyar a mi gente acá, y decir, por vuestras necesidades no nos dejamos expulsar de nuestras casas, nuestra tierra. Me da lo mismo si en Europa cada familia necesita dos autos. No sirve de nada si yo digo que no los necesita. A mi me ocupa la gente que lucha por tener una comida al día.

DZ: Ud. no quiere  convertir a Occidente?

Roy: Hace mucho que ya no. No tiene sentido moralizar. Para qué voy a convencer a la gente no ir al shopping? El mundo occidental solo cambiará cuando los que están con la espalda a la pared lo obliguen.

DZ: Como se protege Ud. misma de las seducciones del capitalismo?

Roy: Es una lucha que cada cual tiene que pelear consigo mismo. Yo he ganado mucho dinero y me compré este departamento aquí en Delhi, en donde estamos sentados. Nada más. Hay que encontrar un equilibrio.

DZ: Y como encuentra Ud. este equilibrio?

Roy: Se encuentra y se pierde, se vuelve a encontrar y se vuelve a perder. Es la vida. No se trata de sacrificar bienestar y después sentirse infeliz. Se trata de ni desear ese bienestar. Todo el dinero que gano con mis libros, ahí está para compartirla, entregarla. No tengo apego con este dinero. Mis amigos siempre dicen: nos hemos hecho ricos. Para mi es una posesión en comunidad.

DZ: Ambición de dinero también tiene que ver con miedo a la vida, protege, tranquiliza.

Roy: Mi madre me dio esto para el camino: debes ser independiente, no puedes deshacerte de todo, pero tampoco necesitas todo lo que tienes. Yo sé que es lo que necesito. El resto, lo doy.

DZ: Que es felicidad para Ud.?

Roy: Esto cambia. Ser abierta. Ser una parte del viento que sopla por el mundo. Y después volver a retirarse. Dejarse sorprender. Y sorprenderse a si mismo. Ser curioso, y no saber que va a pasar mañana.

DZ: Vive salvaje y en peligro! Esto es una frase popular de la bohemia alemana.

Roy: digamos: felicidad es vivir sin piel. Si no te desgastas. Vivo aquí en un barrio simpático de Delhi, pero si Ud. pasa por las calles en la noche, no creerá lo que va a ver. Las veredas están llenas de gente acostada. Es difícil soportarlo. Y es muy fácil llegar ahí, si uno no vive en redes de seguridad social o familiar. Pero si uno vive en esas redes, uno no tiene la libertad de la que hablo.

DZ: Es esta la vida salvaje hindú, que Ud. celebra tantas veces?

Roy: India consta de muchos países y vive en varios siglos. Todavía tiene muchos lugares totalmente mágicos. Solo a dos minutos de distancia de mi departamento hay un barrio donde ni puedas imaginar que el mundo moderno sigue existiendo. Esta diversidad se quiere rectificar abriéndose hacia los mercados occidentales. Quieren civilizar a la India. Quieren que todos deseen lo mismo.

DZ: Si existiera siquiera una posibilidad de parar esto, Ud. ha dicho, entonces seguro que no en salas climatizadas de conferencias, ni en las grandes ciudades. Donde más debieran negociarse los problemas de las sociedades modernas?

Roy: Los sitios donde se hace política son ferias, donde solo cuentan los intereses de finanzas. Aquí está sentada la gente que acerca del cambio climático solo tiene la idea del tráfico de certificados de emisiones.

DZ: Si la política ya no puede resolver nuestros problemas, entonces quien?

Roy: La guerra de los recursos nos va a obligar a encontrar alternativas. Es vital para la supervivencia jugársela por una sociedad no capitalista. Tengo la sensación que todo por lo que he luchado en los últimos años ahora ha llegado allá afuera. Todo lo que hablamos hace años, por fin está escrito en todos los diarios.

DZ: Ud. Ahora tiene 52 años. Como se verá su futuro?

Roy: Veo a mi madre, tiene 74 años, una persona salvaje y loca, que ahora tiene el mejor tiempo de su vida. Disfruta de si misma. Dirige su propia escuela. Podría salir de una película de Fellini. Está tan libre de todo. Estoy seguro que voy detrás de ella.


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